Sabemos que cepillarse los dientes ayuda a prevenir las caries y la enfermedad de las encías. Pero en la actualidad, se están llevando a cabo estudios por parte de científicos de la UE donde se está investigando si además, una buena higiene bucal también puede protegernos de las enfermedades pulmonares crónicas. O si la saliva puede ayudar a detectar futuros problemas pulmonares, además de otras enfermedades.
Relación entre la salud de las encías y los pulmones
Comenzamos con la investigación que dirige la Dra. Randi Bertelsen, de la Universidad de Bergen (Noruega) y que forma parte del proyecto BRuSH. En un artículo firmado por Anthony King y publicado en la Revista Europea de Investigación e innovación, Horizon, la doctora expresa su creencia de que «las bacterias inflamatorias de la boca crean bolsas entre la encía y el diente, rompen el revestimiento y se extienden al corazón y los pulmones«.
La Dra. Bertelsen sostiene la hipótesis de que las comunidades del microbioma oral dominadas por bacterias tendrán un efecto negativo en las vías respiratorias, y está especialmente interesado en el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), dos enfermedades pulmonares incurables
Datos recogidos en el estudio
Para poder trabajar en su hipótesis, el estudio que está llevando a cabo junto con su equipo de investigación recoge datos de dos fuentes:
- Los cientos de participantes de un estudio anterior, la Encuesta de Salud Respiratoria de la Comunidad Europea (ECRHS). El estudio de la ECHRS hace seguimiento de la salud respiratoria de los participantes, que durante las dos últimas décadas han ido dando muestras de sus encías.
- Y por otro, muestras de encías de pacientes que han sido recogidas en centros de estudio de Bergen (Noruega), Tartu (Estonia) y Melbourne (Australia) en el marco del ECRHS III.
La escala temporal del experimento puede ayudar a revelar si el deterioro de la salud dental es realmente un preámbulo de la enfermedad pulmonar, indicando si las bacterias de la boca son perjudiciales para la salud pulmonar o no.
Cómo afecta la periodontitis a la salud pulmonar
«La mayoría de las enfermedades pulmonares crónicas se caracterizan por inflamación acompañada de mucha mucosidad, lo cual dificulta la respiración», afirma la Dra. Bertelsen. «Esta inflamación está causada por bacterias Gram negativas«, y el proyecto de investigación BRuSH está especialmente interesado en esas bacterias.
La periodontitis, más comúnmente llamada enfermedad de las encías, es una infección bacteriana común – se calcula que más de la mitad de los adultos europeos la padecen en alguna forma y ni siquiera lo saben – y conlleva una inflamación severa en las encías.
Se sabe que los pacientes con enfermedades pulmonares graves, como la EPOC, suelen tener también enfermedades graves de las encías, pero no está claro qué es lo primero. Por ello, el proyecto BRuSH investigará a pacientes jóvenes con enfermedad de las encías de leve a moderada, a los cuales se les tomarán muestras de saliva y sangre, antes y después del procedimiento dental para erradicar la enfermedad de las encías.
«Queremos ver si la eliminación de las bacterias en una población relativamente joven, antes de que tengan alguna enfermedad respiratoria, mejora realmente la función pulmonar», declaró la Dra. Bertelsen. Porque si la eliminación de las bacterias conduce a una mejor salud pulmonar, quedará demostrado que la higiene bucal es mucho más importante para la salud pulmonar de lo que se pensaba.
La Dra. Bertelsen afirmaba a la revista Horizon que en Noruega, – tal como sucede en España – , la asistencia sanitaria es gratuita, pero ir al dentista es muy caro. Por lo cual, la población de jóvenes mayores de 20 años tienen el riesgo de acudir al dentista únicamente cuando algo va mal y no periódicamente. Lo que puede conllevar una acumulación de bacterias que segreguen toxinas perjudiciales para su salud pulmonar y, a lo largo del tiempo, favorecer la aparición de enfermedades pulmonares.
El futuro está en la saliva, y no los análisis de sangre
Por otro lado, otras investigaciones se centran en el análisis de la saliva, ya que las bacterias presentes en la misma podrían algún día informar a los investigadores sobre la futura salud pulmonar, pero también sobre otras enfermedades. La idea es que en el futuro, en lugar de muestras de sangre, los médicos puedan conocer la salud de sus pacientes simplemente tomando una muestra de la boca, y analizándola in situ, sin necesidad de pruebas de laboratorio.
En palabras del profesor Bojan Petrovic, odontólogo de la Universidad de Novi Sad (Serbia) «Hay una necesidad urgente de sensores muy sensibles y sencillos que puedan utilizarse en el dentista o en la consulta del médico, o incluso en el domicilio del paciente. Esto permitiría realizar pruebas y diagnósticos a un mayor número de personas, de forma más fácil y rápida, y así recibir antes el tratamiento adecuado».
Mientras la Dra. Bertelsen es parte el proyecto BRuSH, Petrovic participa en otro proyecto de investigación llamado SALSET, cuyo objetivo es utilizar cantidades minúsculas de saliva para, aplicando unos pocos reactivos, realizar pruebas rápidas y baratas utilizando los avances de la microfluídica (el control preciso de cantidades minúsculas de fluidos en microcanales).
Detectar enfermedades a través de la saliva
«Numerosas infecciones víricas, como la hepatitis A, B y C, el virus de Epstein-Barr y el virus del herpes, tienen sus biomarcadores detectables en muestras salivales«, explicó el profesor Petrovic. «La saliva es un valioso fluido de diagnóstico para la detección temprana de diferentes tipos de cáncer, como el de mama, el de páncreas, el de pulmón y el gástrico».
Los científicos que trabajan en el proyecto SALSETH, que es internacional e intersectorial, creen que la saliva también podría utilizarse para evaluar los niveles de la testosterona (hormona sexual masculina) o la hormona del estrés cortisol. Por lo que podría facilitar el seguimiento de las mujeres que siguen una terapia hormonal sustitutiva, y también podría permitir detectar algunas enfermedades autoinmunes, como la celiaquía, la fibrosis quística o el síndrome de Sjogren.
«La saliva se llama con frecuencia el espejo del cuerpo», concluyó el profesor Petrovic, y está «fácilmente disponible y se recoge y almacena con facilidad». Lo que junto a los avances en microfluídica y la investigación de los científicos en el marco del proyecto SALSETH, debería ayudar a crear nuevos sensores, como por ejemplo cápsulas sensoras ingeribles, diseñadas para detectar ciertas enfermedades.