El cuidado diario de la higiene oral básica es fundamental para mantener la salud bucal en adultos con necesidades especiales, y muchas veces esta tarea recae en las personas que se encargan de su bienestar.
Para explorar sus barreras y estrategias a la hora de llevarla a cabo, un estudio cualitativo llevado a cabo por la Facultad de Odontología de la Universidad de Campinas-Piracicaba (Brasil), entrevistó a un total de 21 personas cuidadoras que se encargan de llevar a cabo la higiene bucal de adultos con necesidades especiales de salud (síndrome de Down y parálisis cerebral).
Las dos preguntas sobre las que giraba el estudio fueron las siguientes:
- ¿Cuáles son las mayores dificultades para realizar la higiene bucal del adulto con necesidades que cuidas?
- ¿Cómo se superan estas dificultades?
Las entrevistas fueron grabadas y los datos cualitativos fueron analizados mediante la técnica del Discurso del Sujeto Colectivo.
Casi todas las personas encuestadas fueron del sexo femenino (el 81%) con una edad media de 58,5 años (± 10,8) y los adultos con necesidades especiales contaban con una edad media de 30 años (± 18).
Los resultados, en general, dejaban patente que muchos de los adultos con necesidades no cooperan. Un 38,1% «se enfadan, no abren la boca, muerden y traban los dientes”. Y otro 38,1%, como no quieren que nadie les ayude, terminan teniendo una higiene dental deficiente.
Uno de los ejemplos que ilustran el estudio es el de una persona con necesidades especiales que cuando se hace daño en las encías, estas le sangran. Cuando ve la sangre, ya no quiere limpiarse, porque le aterroriza, así que tienen que ir al dentista.
En otro caso, la estrategia de la cuidadora es cantar y jugar, y de esta manera, aun con esfuerzo, conseguía cepillarle los dientes.
Otra barrera indicada por las cuidadoras era la dificultad para encontrar dentistas que traten este tipo de pacientes. Los resultados plantean que temas como la ansiedad, relacionada con cuestiones técnicas y dentales necesitan ser reconocidas por el equipo de salud bucal, cuya responsabilidad es trabajar para empoderar también a las cuidadoras.
Y es que los autores resaltan que de las 21 personas participantes en el estudio, la gran mayoría eran mujeres amas de casa, dedicando gran parte de su tiempo a sus hijos. Y muchas de ellas con bajos ingresos y pocos estudios, lo que también explicaba el difícil acceso a los tratamientos dentales. Pero, además, el perfil de la persona cuidadora influye mucho en el nivel de cuidado dental que pueda proporcionar a la persona con necesidades especiales. Si estas personas no pueden entender la importancia de la higiene oral y de un buen cepillado o enjuague, son procedimientos que sienten como intrusivos, incluso los perciben como dolorosos, lo que les causa estrés y ansiedad.
Por todo ello, el estudio concluye que las estrategias de los profesionales dentales deberían abarcar tanto a las personas con necesidades especiales como a sus cuidadores. Proporcionar una mejor guía, apoyo y comprensión a las cuidadoras al considerar las rutinas de higiene como una medida preventiva fundamental y tener en cuenta las barreras a las que se enfrentan todos los días.
Fuente: Special Care in Dentistry